El trazado urbano medieval

La llegada de colonos cristianos representó un cambio radical en cuanto a la reorganización del espacio urbano. Una nueva villa de calles rectas y vallada por una poderosa muralla, con 24 torres de prisma rectangular y almenas, empieza a tomar forma, y se extiende hasta los límites naturales que constituían los barrancos del Alberri, en el sur, y del Sord, al este. En el norte, el territorio también ofrecía una buena defensa natural con una zona de huerta, varias acequias y una pequeña zona de marjal, que conocemos hoy en día como Pla de la Font, mientras que en el oeste encontramos el importantísimo Camí Real que comunicaba Xàtiva con Xixona. 

Se configuraba así una villa cuadrangular con torres-portal en el norte, este y sur, y también un alcázar fortificado que, más tarde, acabaría convirtiéndose en el Palau Comtal y otros portales menores que cerraban el mercado y los arrabales.