El derecho de pontaje
Desde el siglo XIII hasta el XIX, la única forma de cruzar el barranco del Sord para salir de la plaza del Mercado era mediante un puente que se situaba en el denominado «Porxet de Sant Francesc». Con el fin de recaudar dinero para la reparación de puentes, caminos y otros menesteres, y siempre previa autorización real, era colocada una barra o travesía en el puente para prohibir el paso de toda aquella mercancía, animal o persona que quería cruzar, que era obligada a pagar el derecho de pontaje. De este pago quedaban excluidos los nobles, los religiosos y los familiares y servicio del rey, es decir, los estamentos privilegiados. Las otras salidas del mercado también tendrían portales menores similares, los cuales, desgraciadamente, no se han conservado.
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