Murallas medievales
La conquista cristiana de la ‘Qustantaniya’ musulmana a mediados del siglo XIII supuso un cambio del paisaje urbano de su territorio. El nuevo asentamiento cristiano, la actual ‘vila vella’ (villa vieja) de Cocentaina, se produjo en un lugar central y llano, inmediatamente fortificado para defenderse ante la amenaza de las revueltas sarracenas y para un mejor control fiscal de los recién llegados.
Hasta el siglo XVIII, la muralla de Cocentaina presentaba una forma cuadrangular irregular desarrollada a lo largo de más de un kilómetro de perímetro, limitado por dos fosos naturales: al este por el ‘Barranc del Sord’ y al sur por el ‘Barranc de Santa Bàrbara’. Los muros, fabricados con la técnica del tapial, tendrían una altura media de diez metros y una anchura de metro y medio. La distribución de las torres tenía el siguiente orden: al este, norte y oeste había seis torres; al sur tan sólo había tres y se repartían cuatro en cada esquina. Las puertas principales de entrada a la villa se situaban al norte, la puerta de ‘l’Àngel’, al este, la puerta de ‘Travadell’, y, al sur, el Portal Fosc (Portal Oscuro).